Crónicas

De la plaza al estadio: el viaje imparable de Duki en su regreso a Barcelona

Entre flashes, sudor y banderas argentinas, el rapero volvió al mítico Palau Sant Jordi.

Mientras la gente llegaba, la emoción incrementaba. En canciones como “aGaRRo La PLaTa” o “Imperio”, la multitud en pista lo dio todo, y, gracias a la energía del Duko, la experiencia se sintió al máximo.

El show, dividido en tres bloques, separó uno de sus últimos álbumes (Ameri, 2024) de su último proyecto (5202, 2025), finalizando con sus mayores hits. Entrando con “Nueva Era”, el cantante de Almagro consiguió que más de 17 mil personas de todo el mundo sintieran sus canciones de una manera apasionada, aunque se identifiquen más o menos. El entusiasmo del artista se hizo notar en más de una ocasión, ya que, aunque fuese su tercera vez en el Palau, era la primera vez que tocaba Ameri en la ciudad. “Un abrazo a los que estuvieron siempre, desde 2018/2019; los que me escuchan hace una semana; madres, padres, novios, novias; gracias a mis argentinos, a mi gente de Cataluña, de Europa, son lo más lindo que hay”, agradeció Mauro al público.

Su carrera comenzó en la icónica Plaza Miserere, formando parte de las batallas de freestyle del Quinto Escalón, cuna de muchos de los raperos más importantes de la Argentina. Ese chico de 20 años que “freestyleaba” en la plaza probablemente no podría haber creído el impacto que genera a día de hoy, haciendo que gente de todo el mundo sepa sus letras de principio a fin, incluyendo hasta sus raps más rápidos.

Después de tocar temas como “Vida de rock”, “Cine” o la emotiva “Ameri”, pasó a la siguiente parte, que incluyó una mezcla de canciones más traperas, como “Rockstar” o “Goteo”, y de otras igual de importantes en su carrera, como “Antes de perderte” o “Si te sentís sola”. Cantó “Sin frenos”, tema en el que colabora con el cantante puertorriqueño Eladio Carrión, a quien le hizo un pequeño homenaje: “Le quiero dedicar este tema a un amigo que me acercó a la música, mi amigo Eladio Carrión. Le dedico el tema a él y a Bizarrap”.

La puesta en escena era especial, con un grupo de bailarines y una vibra que recordaba al show de medio tiempo del Super Bowl 2025, con Kendrick Lamar. Ese aire que parece despreocupado pero que tiene un sentido, el fuego que rodeaba el escenario y lo hacía ver peligroso, un sillón de espaldas al público, y el logo gigante de “Ameri” que vigilaba todo desde arriba.

Llegando al encore, Duki no se quería despedir, pero las cosas llegan a un fin, y eligió una de las mejores maneras para acabar el show. La gente seguía con sed, con ganas de más, así que el protagonista decidió prender todo con su temazos “Hitboy” (2019), “She Don’t Give a Fo” (2017) y, por supuesto, “Givenchy” (2022). El sueño de una piba se hizo realidad en este último corte cuando el Duki la subió al escenario.
El último tema que le entregó a su público catalán y argentino fue “Hello Cotto” (2017), una canción que marcó un antes y un después en su carrera.

Algunos seguirán cuestionando su talento o minimizando su arte, como si el impacto que genera pudiera medirse en versos o métricas. Pero basta verlo en el escenario para entender que hay algo más grande detrás: una conexión real, casi eléctrica, con su público. Lo suyo no es solo trap ni espectáculo, es una forma de romper las reglas sin pedir permiso.

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