Suecia se adelanta al resto del mundo: primer acuerdo legal entre IA y música
El modelo sueco establece pagos directos a los creadores cuando sus canciones son usadas para entrenar algoritmos o inspiran composiciones generadas por IA.
Mientras Universal, Sony y Warner, a través de la RIAA (Recording Industry Association of America), exigen licencias y compensaciones a plataformas como Suno o Udio por utilizar sus catálogos sin permiso, en Suecia han decidido probar otro camino.
La STIM, su sociedad de derechos de autor, ha lanzado el primer modelo colectivo de licencia del mundo para música e inteligencia artificial.
El acuerdo piloto se ha firmado con Songfox, una startup de Estocolmo, y con Sureel, una tecnología capaz de rastrear qué obras humanas influyen en las creaciones de la IA. Si tu canción formó parte del entrenamiento y sirvió de base para generar una nueva obra, recibes compensación.
¿Cómo funciona el acuerdo?
- Las IAs que quieran entrenarse con música protegida deben pagar una licencia.
- Los autores reciben una remuneración inicial por el uso de sus obras en el entrenamiento.
- Si una canción generada por IA se puede atribuir a tu trabajo, cobras derechos de autor.
- Todo el proceso se gestiona con trazabilidad y transparencia, con el objetivo de que sea auditable en tiempo casi real.
En un panorama donde reina la incertidumbre sobre la música creada con IA, este acuerdo sueco podría marcar un precedente global.
Como dijo Simon Gozzi, de STIM: “Cuanta más demanda tenga un servicio de IA, más ganarán los artistas”.
La música siempre ha ido de romper reglas. Pero ahora toca escribir otras nuevas.
Suecia ha decidido sentarse a la mesa y crear reglas nuevas para un juego que ya ha empezado. No se trata solo de proteger el negocio, sino de entender qué significa hoy ser autor.
Puede que este acuerdo no resuelva todo, pero al menos pone nombre y apellidos a una conversación que ya no podemos esquivar.