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Memorias de un hombre sensible: El Retorno, de Santiago Motorizado

«Odio la nostalgia», dijo Santiago Motorizado entrevistado por Pedro Rosemblat, en el canal de streaming Gelatina. Pero El Retorno suena muy nostálgico. Como un recuerdo joven de viajar en el tren Roca, pasar por Banfield o llegar a Turdera, atravesando el Conurbano Bonaerense. No es lo mismo escuchar “Google Maps” de Santiago Motorizado que “Avellaneda Blues” de Manal. Santiago, por lo menos, está enamorado y aunque hay sur, no hay aceite, ni barro, ni un zapato olvidado. Igual, El Retorno es todo nostálgico, como una anécdota de hace muchos años, un cuento de otras vidas.

El Retorno

El Retorno es el primer disco solista de Santiago Barrionuevo, en medio de su activa carrera con Él Mató un Policía Motorizado. Y después de dos trabajos en solitario, pero que nacieron de la mano de otros proyectos: Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro (para la serie Okupas) y La muerte no existe y el amor tampoco (banda sonora de la película del mismo nombre).

Aunque las 11 canciones de este álbum habían sido probadas en vivo, y también habían circulado en grabaciones clandestinas, este es el estreno. Canciones que llevaban una década dando vueltas en la vida del músico al fin pasaron por el estudio. El proceso de grabación tampoco fue corto, empezó en Romaphonic, de Buenos Aires, en 2021 y terminó en Sonic Ranch, de Texas, en 2024.

Santiago acompaña la obra con un video para cada corte. Piezas únicas que también hablan de otros tiempos: “La Revolución” lo encuentra en modo Claudio Villafañe (tinte rubio incluido) alentando a una Diega Maradona desde la tribuna: “Todo esto fresco y nuevo lo hice para vos”. ¿Podrían haber sido Verónica o Rocío las rubias/rubios? Imposible, esta Diega sale del campo acompañada por una enfermera, como cuando le “cortaron las piernas” en el mundial USA ´94 (después del doping positivo en el partido Argentina-Nigeria). Añoranzas de otros tiempos, la certeza de los años que eligen en retrospectiva un momento único y lo convierten en bisagra. Son Villafañe y Maradona. La Diega y El Claudio. No otros, no otras.

Los cortes bíblicos le dan un aire clásico y juvenil al disco. Como las canciones de iglesia que cantábamos cuando éramos chicos sin saber bien qué decíamos con lo que decíamos: “Sé muy bien que soy medio traumado”, eso sí suena como un facto. Divinas alabanzas de culpa y desamor en “El pastor me dio su mano” se emparentan con el otro salmo rock mid tempo que abre el álbum, “Camino de piedras”.

“Me compré esta remera que pensé que te iba a gustar, ahora esta remera es la que me hace llorar” canta en “El gomoso”, entre la vergüenza ajena y la risa. Pero la saudade vuelve con “Jazmín chino” (“Quiero morir cuando termine este verano”). Las canciones se suceden una tras otra sin apuro, sin orden, pero con un sentido.

El Retorno es un disco nostálgico, una burbuja en un tiempo que no existe más, pero que permanece en el recuerdo y que suena ahora mismo.

Foto: Santiago Motorizado

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