Entrevistas

Kaixara: “Hay que estar todo el tiempo llamando la atención”

Camaleónica, intensa, puro talento. La artista también conocida como Rocío Bernardiner charló con Soy Rock de “El amor no se puede detener”, su nuevo corte, las raíces españolas, la lucha contra el algoritmo y el espíritu indie.

Kaixara vuelve con un nuevo single que marca el inicio de una etapa transformadora en su carrera. “El amor no se puede detener” funciona como adelanto de lo que será su próximo disco, un trabajo ecléctico y expansivo donde el personaje de Kaixara se despliega con más fuerza que nunca. Con una identidad que transita entre lo chamánico y lo retrofuturista, la artista juega con narrativas visuales y sonoras que le permiten habitar distintas líneas de tiempo, explorando universos que van más allá de la canción individual.

En esta entrevista, Kaixara –el alter ego de Rocío Bernardiner (voz y guitarra en Amor Elefante)– comparte el trasfondo de este lanzamiento y reflexiona sobre el poder conceptual del disco como formato, la importancia de la experimentación estética y sonora, y los desafíos de navegar la escena independiente en tiempos gobernados por algoritmos. Desde guitarras con raíces españolas hasta la poética imagen de una “cabeza de hielo” como símbolo de transformación personal, la artista revela cómo este nuevo proyecto busca expandir los límites de su propuesta y abrir caminos hacia nuevas experiencias musicales y performáticas.

–¿Puede una canción englobar el espíritu de un disco?

–Creo que es difícil encontrar la canción que engloba el espíritu de este disco que estoy haciendo porque es bastante ecléctico, creo que es lo más cocoliche que hice hasta ahora. Sí pensé que esta canción tenía un poco de todo lo que hay en el disco y por eso la elegí, también porque siento que es una canción directa, y eso es importante para mí, más a la hora de sacar una canción sola. También suelo ir mostrando a personas, y Roki (la baterista de Amor Elefante) me dijo que le gustaba esa en particular, y a Facu el productor del disco también le parecía que era un buen adelanto.

“Para desarrollar esas ideas a veces una canción te queda chica, el disco te da más posibilidades”

–¿Seguís creyendo en el disco como concepto? ¿Necesitas verlo así o no hace falta?

–A mi me gusta el disco, crecí escuchando discos, mirando los libritos, escuchándolos en orden, entonces es algo que tengo re internalizado a la hora de hacer mi música también. Además, me gusta flashear ideas y líneas narrativas, especialmente en este proyecto tengo todo un flash con el personaje de Kaixara. La primera ilustración de Kaixara la hizo La salo, que es una artista que también es mi amiga, y ella dibujó una Kaixara medio chamánica (es la del video “Caliyu”) después con Federico Castellon Arrieta, que armamos la tapa del primer disco apareció una Kaixara medio retro futurista, entonces empezamos a imaginar que era un personaje que habitaba distintas líneas de tiempo. Para desarrollar esas ideas a veces una canción te queda chica, el disco te da más posibilidades. Igual re banco también sacar canciones sueltas y lo hice también. Pero sí me interesa más el universo que se puede desplegar en un disco.

–El anclaje visual de este single es una cabeza hielo, tu propia cabeza de hielo. ¿Por qué quisiste trabajar con algo tan efímero y a la vez tan personal?

–Lo de la cabeza de hielo se me ocurrió así de repente, no me acuerdo la verdad, después me di cuenta que en la casa de mis abuelos hay varias cabezas. Está la cabeza de mi abuela, y la cabeza de mi papá y mi tío, se ve que eso estaba ahí flotando atrás de mi cabeza, y un día salió. Me gustaba que sea de hielo porque me gustaba la idea de derretirme, como de poder deshacerme, como dejar cosas mías que no me gustaban. Algo así, medio acto psicomágico. Hice dos cabezas, una en tamaño real y después era muy difícil, pesaba, tardaba mucho en hacerse e hice una a escala mini. Un día vinieron mis amigos a casa y abrieron el freezer para meter cervezas y la vieron ahí, fue muy gracioso.

–Con las canciones de Kaixara solés jugar con muchas capas y en este single sobresalen unas guitarras españolas, ¿qué influencias te llevaron a este resultado?

–Me gusta mucho la música española, ya en el primer disco aparecen unas guitarras con ese espíritu también. Tengo un vínculo enorme porque parte de mi familia materna vive allá, son de Sevilla, y mi mamá creció allá también, y se volvió a Buenos Aires a los 20. Mi abuelo Antonio era un andaluz de pura cepa, y mis tíos, primos, todos viven ahí. Así que creo que es algo muy natural, que está adentro mío y a veces simplemente se manifiesta.

“Las canciones las estoy tocando en otras versiones a veces, quiero que el show sea una experiencia que esté relacionada con el presente y que sea mutante”

–¿En qué formato pensás presentar estas nuevas canciones con “El amor no se puede detener” como disparador?

–Voy a sacar un disco en octubre, y estoy tocando en vivo con un formato bastante particular, yo sola con loops y algunas bases. Las canciones las estoy tocando en otras versiones a veces, quiero que el show sea una experiencia que esté relacionada con el presente y que sea mutante, al menos por ahora. Me encantaría igual armar una banda grande y poder salir a tocar los arreglos como están grabados, pero por ahora estoy experimentando con este solo set, que me permite tocar en cualquier lado.

–La escena independiente vive un momento maravilloso de democratización de la música, pero también se viven tiempos de apatía por parte del público en general. ¿Qué herramientas tiene una artista que trabaja sin el apoyo de una gran compañía para ganarle al algoritmo?

–Es un re tema ese, y lo conversamos mucho con colegas y amigas, porque también los artistas tenemos que estar haciendo mil cosas, ya no alcanza una foto, no alcanza que avises que tocás o que vas a sacar un disco. Hay que estar todo el tiempo llamando la atención. La verdad me parece un bajón, yo apelo a divertirme con lo que hago, y ser auténtica, y el que tiene que llegar va a llegar. Trato de hacer las cosas que me identifican y no hacer por hacer. El algoritmo está gobernado por las mismas corporaciones de siempre, es mentira que es democrático, eso es lo que nos hicieron creer. Ojalá las personas nos demos cuenta un día el poder que tenemos si todas juntamos nuestras fuerzas, y no estoy hablando de música.

–¿Qué cosas hace (crea, toca, muestra) Kaixara que Rocío Bernardiner no se atreve?

–Creo que Kaixara hace todas cosas que yo no me atreví a hacer, y eso también tuvo un costo para mí. Por ejemplo, cuando saqué el primer disco un montón de gente me dijo que por qué usaba autotune si yo cantaba bien y que mi voz era más linda sin nada. Yo vengo de un lugar nada que ver que es el Indie, ¿y eso quizás a algunas personas les pareció medio raro o chocante? No sé, a mí me gusta experimentar, y crear a Kaixara me da un montón de espacio para jugar con otros géneros y otras estéticas, después si escuchás las letras vas a encontrar algo muy de mi esencia profunda, aunque suene una base de reguetón, o de afrobeat, o de música electrónica. Justo ayer pensaba que tengo ganas de hacer un disco más acústico también, de guitarra y voz, quizás, y bueno, yo voy a cambiar todas las veces que lo sienta, porque la vida al final son experiencias, no me interesa cerrarme a algo, ni en la música ni en la vida.

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